BODEGA OTAZU

Además de por el vino, Bodega Otazu siente una gran pasión por el mundo del arte. Es en este marco, en el de la creación artística, en el que se desarrolla una relación de complicidad que abarca desde el asesoramiento hasta la realización de distintos proyectos fotográficos y/o audiovisuales.

En el proyecto de etiquetas para los vinos de ‘Una hectárea’, cada vino va asociado a una persona con especial vinculación a la bodega y al territorio que la circunscribe. Cada uno de estos personajes elige su lugar en la Bodega, de manera que la fotografía cuenta una historia: la de la relación de esa persona con un lugar, con un territorio. Al invertir la fotografía se transforma ese retrato individual en algo de naturaleza más simbólica.

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In addition to wine, Bodega Otazu has a great passion for the art world. It is in this context, one of artistic creation, that a relationship of complicity has developed, ranging from consulting to various photography and/or audiovisual projects.

For the ‘Una hectárea’ wines labeling project, each wine is linked to a person who holds a special connection to the winery and the territory that circumscribes it. Each of these characters chose a space in the winery, so the photograph tells a story: that of the person’s relationship to the place, to the territory. By inverting the photograph, that individual portrait is transformed into something of a more symbolic nature.